Los Salmos 102
Oración De Un Afligido
Plegaria de uno que sufre, cuando desmaya y expone su queja ante el SEÑOR.
Y llegue a Ti mi clamor.
Inclina hacia mí Tu oído;
El día en que te invoco, respóndeme pronto.
Y como brasero han sido quemados mis huesos.
Y hasta me olvido de comer mi pan.
Mis huesos se pegan a la piel.
Como el búho de las soledades he llegado a ser.
Soy cual pájaro solitario sobre un tejado.
Los que me escarnecen han usado mi nombre como maldición.
Y con lágrimas he mezclado mi bebida,
Pues Tú me has levantado y me has rechazado.
Y yo me seco como la hierba.
Y Tu nombre por todas las generaciones.
Porque es tiempo de apiadarse de ella,
Pues ha llegado la hora.
Y se apiadan de su polvo.
Y todos los reyes de la tierra, Su gloria.
Y se ha manifestado en Su gloria.
Y no ha despreciado su plegaria.
Para que un pueblo aún por crear alabe al SEÑOR.
Desde el cielo el SEÑOR se fijó en la tierra,
Para poner en libertad a los condenados a muerte;
Y Su alabanza en Jerusalén,
Para servir al SEÑOR.
Acortó mis días.
Tus años son por todas las generaciones.
Y los cielos son la obra de Tus manos.
Todos ellos como una vestidura se desgastarán,
Como vestido los cambiarás, y serán cambiados.
Y Tus años no tendrán fin.
Y su descendencia será establecida delante de Ti”.