Isaias 59
Confesión De La Maldad De Israel
ni se ha endurecido su oído para oír.
y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos.
y vuestros dedos de iniquidad;
vuestros labios hablan mentira,
vuestra lengua murmura maldad.
Confían en la confusión, y hablan falsedades;
conciben malicia, y dan a luz iniquidad.
el que come de sus huevos muere,
y del que es aplastado sale una víbora.
ni se cubrirán con sus obras;
sus obras son obras de iniquidad,
y actos de violencia hay en sus manos.
y se apresuran a derramar sangre inocente;
sus pensamientos son pensamientos de iniquidad,
desolación y destrucción hay en sus caminos.
y no hay justicia en sus senderos;
han torcido a su favor las sendas,
cualquiera que ande en ellas no conoce la paz.
y no nos alcanza la justicia;
esperamos luz, y he aquí tinieblas,
claridad, pero andamos en oscuridad.
y andamos a tientas como los que no tienen ojos;
tropezamos al mediodía como al anochecer,
entre los robustos somos como muertos.
y gemimos tristemente como palomas;
esperamos la justicia, pero no la hay,
la salvación, pero está lejos de nosotros.
y nuestros pecados testifican contra nosotros;
porque nuestras transgresiones están con nosotros,
y conocemos nuestras iniquidades:
apartarse de nuestro Dios,
hablar de opresión y rebelión,
concebir y proferir en el corazón palabras mentirosas.
y la justicia permanece lejos;
porque ha tropezado en la plaza la verdad,
y la rectitud no puede entrar.
y el que se aparta del mal es hecho presa.
Y lo vio el SEÑOR,
y desagradó a sus ojos que no hubiera derecho.
y se asombró de que no hubiera quien intercediera.
Entonces su brazo le trajo salvación,
y su justicia le sostuvo.
y el yelmo de salvación en su cabeza;
como vestidura se puso ropas de venganza,
y se envolvió de celo como de un manto.
furor para sus adversarios, justo pago para sus enemigos;
a las islas dará su pago.
y desde el nacimiento del sol su gloria,
porque El vendrá como torrente impetuoso,
que el viento del SEÑOR impele.
y a los que en Jacob se aparten de la transgresión —declara el SEÑOR.
21En cuanto a mí —dice el SEÑOR—, este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tu descendencia —dice el SEÑOR— desde ahora y para siempre.