Isaias 10
y de los que constantemente escriben decisiones injustas,
para robar de sus derechos a los pobres de mi pueblo,
para hacer de las viudas su botín,
y despojar a los huérfanos!
en la devastación que vendrá de lejos?
¿A quién huiréis por auxilio?
¿Y dónde dejaréis vuestra riqueza?
o caer entre los muertos.
Con todo eso no se aparta su ira,
y aún está su mano extendida.
y báculo en cuyas manos está mi indignación!
y contra el pueblo de mi furor la mandaré,
para que capture botín y tome despojos
y los pisotee como el lodo de las calles.
ni piensa así en su corazón,
sino que su intención es destruir
y exterminar no pocas naciones.
¿No es Hamat como Arfad?
¿No es Samaria como Damasco?
cuyas imágenes talladas excedían a las de Jerusalén y Samaria,
¿no haré así también a Jerusalén y a sus imágenes?
12Y sucederá que cuando el Señor haya terminado toda su obra en el monte Sion y en Jerusalén, dirá: Castigaré el fruto del corazón orgulloso del rey de Asiria y la ostentación de su altivez.
13Porque ha dicho:
y con mi sabiduría, pues tengo entendimiento;
quité las fronteras de los pueblos,
saqueé sus tesoros,
y como hombre fuerte abatí a sus habitantes.
como se recogen los huevos abandonados, yo junté toda la tierra,
y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni gorgojeara.
¿Ha de engrandecerse la sierra sobre el que la maneja?
¡Como si un báculo manejara a los que lo levantan,
como si una vara levantara al que no es madera!
y debajo de su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador.
y quemará y consumirá sus espinos y sus zarzas en un solo día.
y será como cuando un enfermo languidece;
que un niño podrá contarlos.
20Sucederá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de Jacob que hayan escapado, no volverán a apoyarse más en el que los hirió, sino que en verdad se apoyarán en el SEÑOR, el Santo de Israel.
sólo un remanente de él volverá;
la destrucción está decidida, rebosando justicia.
23Pues una destrucción completa, ya decretada, ejecutará el Señor, DIOS de los ejércitos, en medio de toda la tierra.
24Por tanto, así dice el Señor, DIOS de los ejércitos: Pueblo mío que moras en Sion, no temas al asirio que te hiere con vara y levanta su báculo contra ti a la manera de Egipto.
25Porque dentro de muy poco mi indignación contra ti terminará, y mi ira la dirigiré a su destrucción.
26Y el SEÑOR de los ejércitos levantará un azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb; su báculo estará sobre el mar y lo levantará de la manera que lo hizo en Egipto.
27Y sucederá en aquel día que la carga de Asiria será quitada de tus hombros y su yugo de tu cerviz, y el yugo será quebrado a causa de la grosura.
ha pasado por Migrón;
en Micmas dejó su bagaje.
Geba será nuestro alojamiento.
Ramá está aterrada, y Guibeá de Saúl ha huido.
¡Pon atención, Lais; desdichada de ti, Anatot!
Los habitantes de Gebim han buscado refugio.
agitará su mano contra el monte de la hija de Sion, la colina de Jerusalén.
desgajará el ramaje con terrible crujido;
los árboles de gran altura serán cortados,
los elevados serán abatidos.
y el Líbano caerá ante el Poderoso.