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Summary: Sea creyente o no todos de alguna manera queremos un milagro, así diga que no cree en los milagros divinos como lo expresamos los cristianos anhela que en su vida suceda algo que sea fuera de lo normal, así después lo llame casualidad. U obra del destino.

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Sea creyente o no todos de alguna manera queremos un milagro, así diga que no cree en los milagros divinos como lo expresamos los cristianos anhela que en su vida suceda algo que sea fuera de lo normal, así después lo llame casualidad. U obra del destino.

Cuando ocurre algo asombroso y excepcional para lo que no hay una explicación racional, se dice que ocurrió un milagro. Se le llama también milagro a aquello que, por medio de la intervención divina, se manifiesta en tu vida para mejorarla. A veces, se le llama milagro a algo que simplemente te hace sentir que la vida tiene magia y misterio.

Aunque las definiciones varían, muchas religiones y culturas de ayer y de hoy poseen algún concepto de lo que es un milagro y reconocen los milagros como una realidad.

Origen y significado de la palabra milagro

La palabra milagro viene del latín miraculum, que significa "mirar" .Miraculum a su vez proviene de mirari, que significa "contemplar con admiración, asombro o estupefacción". En la antigüedad se le llamaba miraculum a todo aquello que no se podía comprender. Con el tiempo, la palabra milagro ha llegado a ser definida, según el Diccionario de la Lengua Española, como un "hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino".

Lo que necesitamos para lograr un milagro:

1. Creer en lo sobre natural: es muy difícil que alguien llegue a recibir algo de lo cual no cree. Para recibir algo se necesita estar dispuesto a recibirlo.

2. Aceptar la voluntad de Dios: V 1-2 “Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. 8:2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.” ¿Qué nos motiva a orar? Por lo general todos los seres humanos oramos mientras tenemos una luz de esperanza de recibir lo que estamos pidiendo. Jesucristo oraba y a pesar de estar desesperado al final de su clamor decía “Señor hágase tu voluntad mas no la mía” Mateo 26: 39. Nosotros los cristianos hacemos todo lo contrario oramos para que se haga nuestra voluntad, tanto que al no recibir el milagro que estábamos esperando tildamos a Jehová como un Dios injusto, y muchas veces hasta nos enojamos con él y según nosotros le pagamos con el látigo de la indiferencia y ya no volvemos a la iglesia.

3. Debo creer que Dios puede hacerlo. 9: 28 “Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.” Muchas veces creemos y hasta predicamos sobre un Dios que hace milagros, pero Jesucristo quiere que nosotros creamos específicamente que él puede hacer lo que yo necesito.

4. Debo tener una fe activa: 8: 7-8 “Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.” La fe no debe ser solo de teoría debemos reflejarla en cada momento de nuestra vida.

5. Cada uno recibe a la medida de lo que espera: 8: 13 “Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.” Mateo 9: 29 “Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.”Un hombre estaba orando en el reclinatorio, desesperado decía Dios mío dame tres mil pesitos para poder comer algo en este día, junto a el estaba otro varón desesperado porque él no se paraba rápido para el poder elevar su oración. Ya cansado de esperar se mete la mano en el bolsillo y le dice al que estaba arrodillado, necesitas tres mil pesos tómalos, pero no le quites tiempo a Dios yo necesito pedirle diez millones.

6. Visualizar el Milagro: Hebreos 11: 1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Convicción es la capacidad de estar tan seguro de algo que es como si lo pudiera ver antes de que suceda.

7. Declararlo: si puedo verlo en mi mente lo puedo declarar. 9: 20-21 “Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.” antes de tocar el borde del manto que para ella era el punto de contacto entre su fe y el poder sobre natural de Dios, al igual que para el rey Ezequías la masa de higos o para Naamán las aguas del rio Jordán. Ella lo estaba declarando en su mente. Porque el milagro comienza en la mente: debemos llamar lo que no es como si fuera. Romanos 4: 17; Joel 3: 10.

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